viernes, 1 de noviembre de 2013

La democracia en octubre: historia contemporánea y enseñanzas

Posted by Gonzalo Rojas Ortuste 16:34:00, under | No comments

La democracia en octubre: historia contemporánea y enseñanzas Al Cnel. (r ) Angel Ortuste Oporto Gonzalo Rojas Ortuste Varios episodios de nuestra historia contemporánea tuvieron en octubre hitos en la construcción de la democracia en sus varias acepciones, que revisamos aquí, así sea solo para no desmayar en ese empeño; colectivo y ciudadano. En octubre de 1969, cuando la Revolución Nacional se resistía a morir, se decretó la nacionalización del petróleo, intentando retomar las banderas nacionalistas con el Estado soberano de sus materias primas estratégicas, ese gabinete de notables con Marcelo Quiroga y el momentáneo liderazgo del Gral. Ovando, en un gesto para definir una correlación difícil. Después de los años de la ”restauración”, como sin ambages la denominó el Gral. Barrientos, también pasajero líder de la reacción, ante la ya languideciente revolución social. Aquí estaba primando la idea de que una de nuestras principales riquezas sociales debía tener un uso y beneficio también social: dimensión socioeconómica de la democracia, si se quiere abreviar. La otra es la recuperación de las libertades políticas, la de octubre de 1982, también luego de varios intentos por desplazar a los uniformados a sus tareas constitucionales, no pretorianas. Aquí, de nuevo, la movilización social empujaba un proyecto que tenía claro, sobre todo, lo que no quería, que rechazaba la dictadura, ese monopolio minúsculo de miembros habilitados para hacer política negando a los demás su condición ciudadana. Vendría después la azarosa conducción de política económica que hubiera dado con el trasto de ese esfuerzo de no haber tenido nuestro entonces presidente, el Dr. Hernán Siles Zuazo, la generosidad para acortar su mandato y retirarse de la vida política como el digno patricio que fue. Pasarían dos periodos constitucionales para que la ciudadanía nacional popular recupera algún protagonismo, merced al contexto reformista de los 90s, luego de la “década perdida”, como la CEPAL denominó para la región las dificultades económicas que la población enfrentó y conspiraban contra el régimen democrático. Con derechos ciudadanos, era preciso avanzar en respuestas socioeconómicas que, desmantelado lo poco que había del Estado “benefactor”, debía movilizar voluntad social. El otro octubre, el del 2003, era de rechazo a unos actores políticos que habiendo realizado reformas sociales fueron incapaces de reformarse a sí mismos y decidieron que los negocios nacionales debían ser tratados como asunto de cúpulas, para entonces muy desgastadas y casi asustadas por el empoderamiento social y también ciudadano. Como aquí faltó la grandeza del Dr. Siles, se los expulsó y se empezó a postular un recambio de élites, de decisores políticos de lo público. Y esos negocios nacionales tenían que ver con el destino del gas; de nuevo, con esos bienes que nacionalismo revolucionario de por medio, sentimos como patrimonio nacional irrenunciable. Podemos hacer la cuenta de los aniversarios involucrados, pero lo que importa es lo que podemos aprender de cada episodio. Está claro que, crecientemente, se ha afincado colectivamente la convicción de que para asuntos públicos de importancia como el destino de nuestras materias primas, en uno y otro caso; o la manera de gestionar nuestro destino compartido (arreglos institucionales de la democracia), no toleramos que unos cuantos, así sea a nombre de los ángeles (“seguridad nacional”, globalización o “estado plurinacional”) se arroguen la facultad de decidir sin involucramientos ciudadanos en lo público. No es arbitraria la inclusión del Estado “pluri-multi”, Chaparina se adelantó en el almanaque una semana, pero el arribo de la VIII marcha del TIPNIS llegó puntual y con olor de multitudes y solidaridad en octubre del 2011. Porque también estamos densificando el sentido de los bienes públicos estratégico, no sólo son commodities, también es el modo de vida de los pueblos indígenas (en este caso de tierras bajas), y el cuidado ambiental que será un legado para nuestros hijos y nietos. Esta idea de bienes públicos está ya indisociada del ámbito público para definirlos, tiene que ver con la discusión plural que los reconozca como tales, primero; y que siga el proceso opinión- convicción (pública, otra vez) sobre su destino. Eso se conoce como pluralismo, hoy condición sin la cual no se puede sostener como democracia un orden social y político. Y aunque incomode a los y las ungidos/as del momento, sí, buena parte de los bolivianos y las bolivianas hoy podemos decir que democracia no es sólo mayoría electoral –ineluctablemente transitoria, por lo demás- sino, principalmente, discusión ciudadana que requiere de vigencia de derechos, no del amedrentamiento y la descalificación para anularla. Este país sigue siendo más grande que sus eventuales dirigentes.

martes, 15 de octubre de 2013

Revalorizando el siglo XIX boliviano

Posted by Gonzalo Rojas Ortuste 16:48:00, under | No comments

(publicado en ANF -virtual- el 9 de Octubre del 2013) En los últimos años sobre todo historiadores, pero no únicamente, han ido elaborando revisiones y elaboraciones novelísticas (no necesariamente ficticias sino) pletóricas de imaginación con la fuerza que sólo este género posee: su talante omnicomprensivo, de retrato de época. Cito de manera indicativa el ¡Qué solos se quedan los muertos! de Ramón Rocha Monroy sobre la entrañable figura del Mcal. Antonio José de Sucre y Manuela, mi amable loca de Carlos Hugo Molina sobre esa asombrosa mujer que fue la amante del Libertador. Indudablemente ambas tienen detrás investigación historiográfica y las recomiendo ampliamente, pero hoy me quiero concentrar en los trabajos que buscan, desde la disciplina de la historia, modificar una mirada compasiva, cuando no abiertamente denegadora de ese periodo que, como tendencia de toda la región, lo que hoy llamamos América Latina se erigen como repúblicas significando una ruptura con el pasado colonial. En continuidad con los trabajos de José Fellman Velarde (quien consignó lúcidamente que figuras como Sucre y Andrés de Santa Cruz sentaron las bases para que el Estado boliviano sobreviviera los desastres posteriores) y de Alfonso Crespo con El cóndor indio sobre el mismo Santa Cruz, es probablemente don José Luis Roca quien más ha contribuido a esa necesaria revisión (hoy todo en su monumental Ni con Lima ni con Buenos Aires). En efecto, sobre la figura de Olañeta y figuras de ese entorno sostiene que “le recuerdo de los fundadores de Bolivia causa desagrado y rubor entre muchos de sus hijos quienes buscan descargar culpas presuntamente heredadas vituperando –véngale o no al caso- la memoria de aquellos próceres”. Don José Luis identifica con acierto el apelativo de “altoperuano” con toda la carga negativa que solemos darle y también confronta con vigor el trabajo del Prof. Charles Arnade cuyo título de su tesis doctoral añade el calificativo de “dramática” al surgimiento del Estado boliviano en la traducción boliviana de los 70s. Más grave, allí aparece muy explícita la caracterización de hipócritas y oportunistas de los doctores de Charcas, de “dos caras”. Los argumentos de J.L. Roca son tan poderosos que años después (1995) el propio Arnade, en gesto que le honra, tuvo que reconocer en analogía con el influyente nacimiento de la república de EE.UU. que: “Los nuevos hombres de 1787 redactaron la mucho más conservadora constitución estadounidense que, con sus enmiendas, sigue siendo la actual. Las generaciones de 1776 y 1787 se parecen en muchos aspectos a las bolivianas de 1809 y 1825; bajo algunos puntos de vista, los hombres que se reunieron en Filadelfia en 1787 eran también unos ´dos caras´ y se movían fundamentalmente por intereses personales” (Cfr. p. 158 de Una nueva mirada a la creación de Bolivia. Escenas y episodios de la historia. Estudios bolivianos. 2004. La Paz y Cochabamba: Los Amigos del Libro, volumen que compila trabajos entre 1952 y 1999). La cita precedente nos sirve para entender que en contexto tan cambiantes, como las que propugnaba el republicanismo en sus principios ciudadanos contra el monarquismo, es comprensible que hubieran también fuerzas que apostaran a ciertas continuidades y que fueran capaces por su peso específico y cercanía y conocimiento de los pasillos del poder resguardaran intereses más de grupo. Pero ello no impide señalar como efectivo cambio político el drástico cambio de principios políticos generales. Y es que la condición ciudadana llegó para quedarse, aunque su plasmación en términos de igualdad de derechos ante la ley haya tomado más de un siglo en efectivamente empezar a concretarse y haya de requerir formulaciones tan paradójicas como “ciudadanía diferenciada” para revertir viejas herencias coloniales, ya a finales del siglo XX. ¿Por qué es importante este cambio de perspectiva? Porque no podemos construir en la mejor tradición democrática, que se inicia en el mundo moderno con la república, si seguimos con mirada acomplejada y culposa de nuestro origen ciudadano. Así como fue necesario entender el choque de la “invención de América” (E. O´Gorman) hace más de cinco siglos que nos hace compartir desde entonces un destino globalizado y hoy ya ineludible, es necesario comprender la circunstancia que tan vívidamente nos muestran las creaciones literarias alrededor de esa figuras egregias como Sucre y Manuela Saenz, o más cercano a un pueblo llano, la figura de Pazos Kanki –todavía necesitada de tratamiento artístico- o; finalmente, ese tipo de tratamiento sobre la figura de don Andrés de Santa Cruz, que como un Napoleón andino necesitó el acuerdo de tres estados para recluirlo en una isla chilena, en la recreación de un colega del todo pertinente.

La responsabilidad democrática del MSM ahora

Posted by Gonzalo Rojas Ortuste 16:30:00, under | No comments

(Publicado en Agencia Nacional Fides y Nueva Crónica y Buen Gobierno Nro. 132, Oct. 2013) El partido que encabeza Juan del Granado, el Movimiento Sin Miedo, tiene un gran desafío ahora: contribuir a reinstalar el Estado de Derecho democrático en nuestro país. Así como Juan tuvo un importante papel en romper la impunidad del ex dictador García Meza y luego en la fiscalización al primer gobierno del Goni (Amayapampa y Capasirca), junto con los mejores cuadros del MBL y luego remontando el descalabro de sucesivas malas administraciones en el Gobierno Municipal de La Paz, hasta la transición generacional que posibilitó con el actual alcalde Revilla; ahora ha de ser parte de una coalición capaz de enfrentar al hegemón de turno, el MAS y sus abanderados, los que guían “el carro de corregidor”. No se trata de una mirada voluntarista, sino de atender con cierto detenimiento el panorama de las fuerzas políticas en el presente. El MAS y los actuales primeros mandatarios han sido en 2005 y 2009 los votados con mayoría absoluta y, respectivamente, PODEMOS y Convergencia Nacional (CN), aunque perdidosos, concentraron la oposición al MAS. También tenemos en mente que el MAS ya sufrió derrotas electorales en Sucre y en el Beni y en el ámbito nacional con la minoría que eligió a las cabezas del órgano judicial, que ya anunciaba el fracaso de esa vía de reforma en tan importante poder del Estado hoy tan venido a menos. Pero en ninguno de ellos el Presidente Morales y el vicepresidente eran, directamente, los candidatos. Con todo lo relativo y solo a efectos de argumentación rápida, digamos que las fuerzas que encabezaron Tuto Quiroga y Manfred Reyes Villa, eran expresiones de centro derecha; más bien reticentes a ciertos cambios que la mayoría de la ciudadanía boliviana aspiraba, varios de ellos vinculados a un mayor y mejor reconocimiento y visibilización de los pueblos indígenas y otras fuerzas populares y nacionales. Hoy el MAS, represión al TIPNIS de por medio y solo a título emblemático, para no repetir lo que en el propio diagnóstico del MSM ha hecho del MAS y sus tendencias caudillistas e intolerantes, ya no expresa esas fuerzas del cambio democrático y peligrosamente ha tomado ribetes que seriamente preocupan el curso de la salud de un régimen de libertades y de igualdad ante la ley, crucial en cualquier Estado de Derecho en el mundo contemporáneo. Por otra parte, la actual convocatoria a la conformación del Frente Amplio, no repite el sesgo caudillista de otras convocatoria anteriores, donde el jefe de alguna fuerza llama a coaligarse detrás de su candidatura presidencial, que la da por descontada. Ahora Doria Medina, figura visible de UN, intenta formar un abanico con varios líderes con un acuerdo democrático básico –y mucho por hacer en términos programáticos- donde las candidaturas serán definidas por aquel líder o lideresa que sea el más favorecido por algún tipo de encuesta ciudadana confiable, a la manera de una suerte de primarias para seleccionar esa postulación. Esas dos circunstancias, la no automática candidatura presidencial del convocante y la elaboración plural de un programa, son signos inequívocos de aliento democrático que no hay que desdeñar. No se trata tampoco de apuntalar un supuesto bipartidismo, ni tampoco juntucha de “todos contra Evo”. El bipartidismo, en una sociedad tan explícitamente plural como la boliviana (clivajes étnico-culturales y regionales), no tiene posibilidades de estabilizarse. Lo que sí es muy posible, es que el MAS y sus portaestandartes repitan por tercer periodo (y triquiñuela anticonstitucional) ante ausencia de posibilidades viables que puedan disputarle un electorado que sigue teniendo como “mal menor” a los oficialistas actuales. Y lo que está convocando el Frente Amplio, es a un proceso de articulación con énfasis ciudadano y republicano (independencia de poderes) y sin decisión cupular, por ello, al menos debe atenderse sin, de antemano, desalentar esa opción. Al inicio de este texto mencionamos los aportes de Juan y del MSM en el proceso democrático boliviano. Es claro que su bastión electoral es la ciudad de La Paz; pero esta su fortaleza ha sido también su debilidad en términos de proyección nacional. En su mejor desempeño en el periodo actual, las municipales del 2009 fue la segunda fuerza, muy lejos del MAS y así y todo consiguió arruinarles el festejo por su votación en las ciudades capitales de La Paz y en Oruro. Así, resulta que también necesita ampliar ese confinamiento regional y, con todo y las valiosas alianzas que conocemos con ciertas expresiones de las ciudades del eje, no parecen aportar la posibilidad de un caudal importante de votos para ser alternativa real de disputa al oficialismo actual, éste además envanecido por anteriores desempeños electorales y su tendencia al copamiento de otros poderes. ----------------------------- *GRO es politólogo y profesor universitario

Evo con Francisco, con fines políticos

Posted by Gonzalo Rojas Ortuste 16:25:00, under | No comments

Publicado en el suplemento Animal Político. La Paz, La Razón, 16 Sept. 2013. ¿Qué buscaba el Presidente Evo Morales al visitar al Papa Francisco? Desde luego propósitos políticos, porque eso caracteriza al Presidente y eso, también, lo ha llevado al alto sitial institucional que hoy ostenta. El Papa Francisco hoy representa los vientos de renovación más afines con la modernización/secularización y ecumenismo desde la desaparición del Papa Juan XXIII que llevó adelante el Concilio Vaticano II. En el contexto actual, su condición de argentino que lo convierte en el primer Papa latinoamericano también cuenta. Digamos rápidamente que este Papa es sucesor de Benedicto XVI, quien prefirió entregar a otro la tarea de emprender reformas difíciles contra grupos de poder encaramados en la curia. Las declaraciones del embajador de nuestro país ante el Vaticano y miembro de la delegación con el Presidente, Carlos de la Riva, ex jesuita, van en ese sentido. Hoy América Latina es el (sub)continente con más católicos del orbe, y aunque hay una disminución relativa por el crecimiento de las denominaciones evangélicas, unos y otros se reconocen cristianos y allí la figura papal sigue representando una referencia indudable de esa amplia feligresía. Con el desafortunado bloqueo aéreo que sufrió el avión presidencial boliviano en Europa hace poco, esas potencias europeas -y muy probablemente por la iniciativa estadounidense- le abrieron la posibilidad de proyectar al “hermano” Evo un liderazgo regional, que supla de algún modo el dejado por el fallecimiento de Hugo Chávez. Más no es sólo el plano internacional el que interesa al Presidente boliviano, sino, de manera nada secundaria, el propio electorado nacional. Como es sabido, desde que inició su presidencia, él no ha tenido buenas relaciones con la Iglesia Católica boliviana. Eso no le preocupaba cuando estaba aureolado como “el Primer Presidente Indígena” del país (y a veces con el entusiasmo llegaba a decirse de la región, olvidando al gran Benito Juárez). Después de la represión en Chaparina a la VIII Marcha del TIPNIS, queda muy poco de esa imagen y él mismo ha destacado (en la entrevista con Ismael Cala de CNN) su condición de “dirigente sindical”. Y esa caracterización es muy consistente con la base social que representa el núcleo duro de apoyo al gobierno del MAS y las mutuas lealtades. Los productores de coca del Chapare son, sin duda, esa base; y sin negar su peso en movilizaciones y capacidad de resistencia, en términos electorales no son suficientes para “reproducir el poder”. Por ello, hay en ese viaje una búsqueda por recuperar, sino legitimidad, al menos aceptación de sectores medios, esos más cercanos al catolicismo dado que en los sectores populares prima el sincretismo. Porque, aunque las encuestas nos muestran fortaleza relativa de la figura presidencial como candidato, esto se debe más a la debilidad de la oposición en su momento tan golpeada. Sin embargo, esa situación puede cambiar y acaso la formación de ese Frente Amplio recién anunciado pueda ser parte de ese cambio del balance de preferencias electorales, sobre todo si otras fuerzas opositoras como el MSM pudieran ser parte de ese entendimiento. En el plano internacional también la figura presidencial se desgastó (hubieron comentarios de otros mandatarios latinoamericanos y funcionarios españoles nada favorables en la difusión de los “wikileaks”). Téngase presente el encuentro en la escala previa en Madrid esta vez. También la figura del monarca español, otrora de gran predicamento, está afectada por algún escándalo personal y fundadas acusaciones de corrupción que llegan a la Casa Real. Y si comparamos eso, cuando con su famosa chompita a rayas el entonces Presidente electo Evo Morales visitó al Rey, factor importante de la todavía exitosa democracia española, parecían signos de tiempos auspiciosos y reconciliados para el mundo iberoamericano. Hoy la crisis económica española y el desgaste de una figura que parecía emblemática, más lo arriba señalado, han hecho su trabajo. Sabemos que el desgaste no es automático. Tiene que ver con acciones y decisiones específicas. Y aun en situaciones de fuerte polarización, hay líderes que han salido con alta aceptación, como es el caso de Nelson Mandela o más cercanamente Lula Da Silva. No se puede negar el proceso de inclusión que se ha retomado en Bolivia, que por lo demás es acumulación de la propia sociedad boliviana y sus despliegues de energía. Pero nunca puede ese dato ser justificativo para el reverdecer de la intolerancia ideológica del oficialismo. Y ahora ya es claro que este se dirige a toda disidencia, así provenga de antiguos aliados o compañeros. Ninguna democracia en nuestros días puede funcionar sin respeto a la disidencia, a las visiones no sólo plurales, sino incluso opuestas a las que predica el circunstancial actor mayoritario. En tanto se respeten las reglas básicas del orden democrático –digamos las contenidas en el ámbito constitucional vigente- todos y todas tenemos derecho a disentir, a discrepar, a generar controversia. Esa es la condición ciudadana, del orden republicano. Es en esa materia que el MAS y sus principales operadores han mostrado sus mayores limitaciones, y eso en democracia, así imperfecta como es, pasa factura. Por eso los desplantes presidenciales a la iglesia católica local, hace poco creíble un acercamiento a este segmento importante de ciudadanos y ciudadanas. Si gran parte de su ropaje ideológico del actual Presidente ha sido provenir “de abajo”, ¿cómo es que sólo puede entenderse con el “jefe máximo” en los palacios del Vaticano?, que por mucho que le incomoden a Francisco, allí recibe y despacha. *GRO es Doctor en ciencias del Desarrollo y politólogo. Prof. e investigador en el CIDES-UMSA.

viernes, 19 de abril de 2013

Tres momentos de la democracia y una propuesta anticaudillo

Posted by Gonzalo Rojas Ortuste 14:42:00, under | No comments

En los treinta años de democracia que acabamos de cumplir hemos producido tres momentos de convergencia importantes. Los tres se tradujeron en victorias electorales, veamos. La primera rápidamente evaporada, dio lugar a la constitución del gobierno de la UDP iniciando el ciclo hasta ahora sustentado de arreglos de la titularidad política vía la disputa en las urnas. La segunda, fue alrededor del denominado “Plan de todos” que era una propuesta modernizadora del Estado en los noventas. La tercera, fue la de finales del 2005 cuyo régimen estamos viviendo. Formalmente ésta última es la más relevante, pero ahora, época post-TIPNIS, sabemos que la Constitución tiene que ver más con retórica legitimadora. La segunda sobre todo nos dejó la descentralización municipal. En conjunto, en perspectiva democrática y no sólo de régimen político, la notable energía y tiempo de dedicamos los bolivianos a la política, auténtica república tumultuosa como escribe Maquiavelo, ha dado muy modestos resultados. Si a ello agregamos la reiterada, y hoy más que nunca, vigencia del caudillismo que en su ápice tiene a un presidencialismo exacerbado, poco amigo de la concertación y el apego a la ley –sobre todo aquella que obliga un Estado democrático de Derecho- la cosa es más preocupante. En suma, produjimos victorias electorales y no mucho más. ¿Pesimismo? No, sentido común; más allá de los indicadores o conceptos elaborados, basta ver el vecindario regional, seguimos a la cola en Suramérica y en América Latina en cualquier importante rubro de bienestar o sociedad de vida democrática. Poca gente, del oficialismo o no, puede argumentar con solvencia a favor de los inequívocos rasgos de autoritarismo del gobierno. El último ejemplo, porque el “parajudicialismo” es ya bien conocido, es la reacción del masismo ante la declaración de inconstitucionalidad de la figura del desacato por el Tribunal Constitucional, que intenta apartarse del estigma de ser un órgano tomado por el poder político. Inmediatamente han sostenido que los enjuiciamientos seguirán con otra figura que persista en esa condición de desigualdad entre autoridad –sinónimo aquí de ungido- y cualquier ciudadano “de a pié”. Los bien intencionados, los que se esfuerzan por no ver que lo del 2006 fue una ilusión, quienes se resisten a ver que lo de Chaparina y la VIII marcha por la defensa del TIPNIS fue, verdaderamente una epifanía, una revelación del carácter gremialista del régimen solo pueden elabora argumentos de inclusión social. Lo presentaremos sin caricatura para evaluar sus méritos. En la historia “larga”, que en Bolivia son cuatro o cinco décadas, se dice que valoraremos a este tiempo como apreciamos hoy la democratización social producto del 52. El argumento es interesante, pero es también muy funcional para cualquier gobierno que ejerza arbitrariedades presentes, con el inventario de que en el balance serán bienes futuros. El problema aquí es que la presente generación, tenga que “sacrificarse” en aras de un bien por venir. Lo de inclusión social ya se logró y no me parece que se lo debamos abonar al MAS sin más, sino a la acumulación democrática de los bolivianos y bolivianas que hacemos de la política la ocupación nacional por excelencia. Así pues no podemos seguir repitiendo lo mismo, producir una victoria electoral -en el mejor de los casos- alrededor de otro caudillo, uno con más o menos carisma que los que ya pasaron por la silla presidencial y con alguno o mucho mérito. Postulo que no hemos resuelto lo principal de nuestro déficit político, que es la validación ritual y reiterada (como todo rito) del caudillo mayor, del “jefazo”. Porque lo que suele complementar la reticencia a pensar alternativas al masismo, es el argumento de que “no hay quien”, en la ausencia de una figura descollante en la oposición. Además de tener presente que el hacer política que no sea oficialista está satanizado, con afirmaciones muy parecidas a la que escuchábamos a los militares cuando se las daban de “salvadores de la patria” en los 60s y 70s, es necesario romper ese círculo de ungir hoy a uno para que, con seguridad, nos decepcione mañana. Entre otras cosas, porque las tareas que acometa con éxito, para no hablar de la hybris del mesías del momento, son desproporcionadas y algo –si no mucho- tiene de esperanza ilusoria. Como el 2014 habrán elecciones, la principal ganancia que nos dejó el agonista Dr. Siles Zuazo, y tendrán que postularse binomios a las principales magistraturas y como pienso que las monarquías son tan odiosas como las diarquías en el mundo contemporáneo, hay que demandar equipos explícitos de gobierno. Esto significa que nuestros seguros candidatos, donde sin duda estará el Presidente Morales, (no importa que la Disposición Transitoria Primera de la CPE, en su parágrafo II diga textualmente que “Los mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta a los efectos del cómputo de nuevos periodos de funciones”) nos presenten equipos de gobierno, si se quiere, el núcleo de su gabinete en caso de ser electos. Sabemos que es atribución del Presidente , pero la petición ciudadana es a los candidatos presidenciales y vicepresidenciales. De lo que se trata es saber quiénes serán sus Robespierre y sus Fouché, o si se quiere en versión anglo sajona sus Disraeli (como escribo de un envión, no deja de ser significativo que me tenga que ir a siglos pasados para señalar ministros de importancia). Ya puestos a pensar en figuras nacionales, es curioso que el gabinete de notables que me viene a la memoria es del Gral. Ovando, no un gobierno constitucional, allá por 1969 con Pepe Ortiz Mercado, Marcelo Quiroga y Mariano Baptista. Para ponerlo con la formalidad altoperuana, demandemos ciudadanamente la explicitación, a nivel de compromiso de candidatos, las cabezas de gabinetes por áreas: económica, política, asuntos internacionales y sociales. Puede facilitar alianzas y acaso convergencias programáticas. Por supuesto la dinámica política siempre demandará cambios y los famosos enroques, pero ya será ilustrativo saber en quiénes se está pensando para las responsabilidades de Estado que ya es hora que deje de ser fruto del llunkerío, la improvisación o el enriquecimiento personal/gremial. Sé que el país cuenta –como también ha tenido algunos en el pasado- con esa gente: mujeres y hombres, originarios y contemporáneos, cambas y collas. Hay tiempo para ir preparando eso, para no seguir tropezando y seguir de tumbo en tumbo.

Presentacion del libro Vicente Pazos Kanki y la idea de república

Posted by Gonzalo Rojas Ortuste 14:30:00, under | No comments

• Vicente Pazos Kanki y la idea de República. Temprano mestizaje e interculturalidad democrática germinal. Gonzalo Rojas Ortuste*. Este pequeño volumen es parte de una colección que el CIDES-UMSA espera impulsar con otros miembros de la Universidad pública, aparece junto con Andrés Ibañez. Un caudillo para el siglo XXI. La comuna de Santa Cruz de 1876 de la autoría de Carlos Hugo Molina, mismos que se presentaron recientemente al público. Ambos libros, que son inicio de un emprendimiento por “reinventar la tradición” que han generado importantes pensadores bolivianos desde el siglo XIX. En el caso específico del título que presentamos, se enfatiza el compromiso republicano de Pazos Kanki, notable activista de tal proyecto político en ambas orillas del Atlántico al inicio de ese siglo, así como se señalan las fuentes del humanismo cívico, incluidos los aristotélicos escolásticos y del realismo político en su admirable vida. El texto presenta un ideario de Pazos, a partir de sus intervenciones en periódicos que él mismo cofundara en Buenos aires al inicio de su fructífera carrera, donde ya se perfila su militancia a favor del republicanismo, en su vena antimonárquica, pero también de promotor incansable de derechos y deberes ciudadanos. Más adelante se dedica un capítulo a su recordada intervención contra el proyecto de notables líderes argentinos por instalar una monarquía indígena, donde destaca su vigor en el planteamiento de igualdad básica de los nuevos ciudadanos, a pesar de su nunca negado orgullo de tener sangre india en sus venas. De la misma índole, otro capítulo, sobre su magnífico opúsculo sobre el Dr. Gaspar Rodriguez de Francia, temprano dictador del Paraguay, donde destaca el papel de los jesuitas en la configuración de un orden misional, que a pesar de las virtudes morales de sus impulsores, no resulta un esquema de gobierno propio de hombres libres, como él aspira a conformar en nuestras latitudes. De paso, señala anticipadamente, esta tendencia de nuestros pueblos en erigir caudillos en quienes se hace depender los destinos públicos de sociedades enteras, y que terminan imponiéndose incluso a las pomposas constituciones de cuya promulgación son impulsores en su momento. También se encontrarán dos vertientes de las influencias intelectuales y políticas de su formación y convicciones. Primero, del padre del republicanismo moderno, Maquiavelo, leído (y a veces explícitamente censurado por sus difusores jesuitas) muy influyente desde el Siglo de Oro español y junto con Rousseau de los autores más leídos en la Academia Carolina de Charcas, donde Pazos estuvo luego de terminar sus estudios formales como doctor en Teología en Cuzco. Allí probablemente coincidió con Pedro D. Murillo, pero nunca lo nombra cuando se refiere, sin modestia, a las luchas de los paceños en pro de su independencia. Expresamente cita apellidos de “mestizos” y contrasta la fiereza de la represión monárquica sobre ellos, distinta a la menos violenta contra criollos uruguayos. Otra fuente, más cercana en el tiempo es Thomas Paine, periodista y activista republicano como él mismo. Es uno de los traductores de El sentido común, notable opúsculo del inglés, ciudadano francés y seguidor de la nueva república, Los Estados Unidos de América. La investigación realizada se encontró con el trabajo del historiador cubano (residente en México), Rafael Rojas, que ha identificado otros traductores de la estupenda obrita de Paine, donde no menciona a Pazos; pero muestra varios republicanos de su estirpe, todos con algún paso por Filadelfia, la inicial capital de esa naciente república, que entonces acogía y publicaba a estos americanos que pugnaban por formar repúblicas al sur del continente. De hecho, allí le dirige Pazos sus excelentes Letters (al honorable Henry Clay, que fuera uno de los representantes estadounidenses al congreso Anfictiónico de Panamá que convocara Bolívar). Otro capítulo importante es el dedicado a recuperar el vínculo con el Mcal. Andrés de Santa Cruz. Se restituyen las páginas en anexo dedicadas a este estadista, así como la dedicatoria que le dirigiera en la edición príncipe de las Memorias histórico políticas y que su editor del siglo XX, Gustavo Adolfo Otero, excluyera en la misma versión (de 1979) que encontramos hoy en las librerías de nuestras ciudades. Otro texto del historiador H. Vazquez Machicado que se encuentra con facilidad sobre Pazos Kanki en librerías es el referidos a sus “plagios”. Se llama la atención sobre los estándares anacrónicos (de siglo XX) para tal calificación y se ejemplifica con una conocida expresión de Monstesquieu, que repite Paine, luego Vizcardo Guzmán (pionero de Francisco de Miranda) y finalmente los traductores de Paine, donde ninguno cita al ilustre autor de El espíritu de las Leyes. En el volumen también se interpretan episodios como el de la Isla Amelia en las costas de Florida que Pazos intentó sea una república, aunque poblada por corsarios y piratas, con constitución “traducida” de la norteamericana, y sus preocupaciones por vincular a Bolivia con el Atlántico a través de ríos navegables afluentes del Amazonas, mostrando su comprensión de las fuerzas geopolíticas del siglo XIX, cuestiones estas que se conoce con algún detalle gracias al trabajo de eminentes historiadores estadounidenses como Charles Bowman y Charles Arnade. El Dr. Gustavo Fernandez Saavedra, ex Canciller de la República, que tuvo la amabilidad de auspiciar con sus palabras la presentación de este librito, ha señalado que siendo breve, contiene la densidad necesaria para pensar las circunstancias actuales, vitalizando la mencionada tradición, y que los reclamos de Don Vicente Pazos Kanki siguen pendientes para los desafíos del presente, aun cuando se ha avanzado en la conformación de una patria con cabida para todos y todas.